Victor Fuentes
Director General
El cambio climático era el tema de moda hasta que el Covid apareció de forma repentina y demoledora en nuestras vidas. Pero, aunque haya dejado de acaparar las portadas y telediarios momentáneamente, sigue siendo el mayor reto al que se enfrenta el ser humano.
Dicho cambio, augura el progresivo calentamiento del planeta, por lo que no son pocos los viticultores españoles que han elevado sus parcelas buscando el frescor de la montaña. Escenarios enológicos para ser contemplados, disfrutando a su vez de los excelentes vinos que producen
Hace más 20 años, concretamente en 1998, cuando nuestra familia se aventuró a plantar un viñedo a 1.000 metros de altitud en las faldas del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, la mayoría de los expertos consultados nos llamarón “locos”. Aunque a priori no les faltaba razón, pues estábamos aventurándonos a plantar más allá de los limites tradicionales de cultivo, lugares de viticultura difícil, heroica en muchos casos. Viendo como se han desarrollado los acontecimientos, debieron cambiar la palabra “locos” por la de “pioneros”, ya que hoy día son muchos los viticultores que realizan sus nuevas plantaciones en altura, como medida para combatir el aumento de temperaturas.
Por cada 100 metros de ascensión, la temperatura desciende aproximadamente 0,65ºC de media
Hoy en día, los vinos elaborados de viñedos plantados a una altura elevada respecto al nivel del mar son muy apreciados, ya que el binomio altitud-temperatura ralentiza el ciclo de madurez de la uva gracias a la mayor amplitud térmica día-noche, lo que confiere a los vinos una personalidad única. Le permitirá a la uva conservar una mayor acidez, que los azúcares no se disparen y, que, además, la uva alcance una gran sazón previo a la vendimia, logrando el equilibrio entre la madurez alcohólica, madurez fenólica y madurez aromática-gustativa. De esta manera lograremos elaborar vinos equilibrados y muy expresivos en las 3 fases de la cata.
Decimos los cursis, que lo único que pretendemos los elaboradores es embotellar el paisaje, es decir, mostrar nuestro terruño en cada copa de nuestros vinos. En nuestro caso, tenemos la suerte de que este sea único y muy particular. Es único porque no hay más viticultores en la zona, ya que la filoxera arrasó el viñedo hacia los años veinte, el más próximo se encuentra del otro lado de la Sierra a más de 50 kms hacia el norte. Es particular por la climatología marcada por la altitud, como ya hemos comentado, pero también por la complejidad de sus suelos, al tratarse de una raña del sistema central. Pero esto amigos, es otra historia …